jueves, 19 de agosto de 2010

simbolos patrios

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Las joyas del Primer Mandatario
El bastón de mando lleva hoy una cabeza de cóndor. De éste y otros símbolos habla
el presidente Carlos Mesa

El sol violenta la espada del Mariscal Andrés de Santa Cruz. El arma blanca responde y el filo parte el haz de luz en mil destellos. Ni el astro rey puede mellar la historia que aún late desde la empuñadura a la punta de esta reliquia que estuvo en 11 batallas libradas en nombre de la libertad. Mas sólo el que la mira puede entender el valor de este objeto cargado de historia. O el de los símbolos presidenciales, descritos al detalle para Escape por el propio presidente Carlos D. Mesa.


La joya más resguardada
"Es mi voluntad que la medalla que me presentó el Congreso de Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se lo ofrecí, en prueba del verdadero afecto, que aún en mis últimos momentos conservo a aquella República", reza el sexto deseo expresado por el Libertador Simón Bolívar en su testamento. Hoy, la medalla continúa siendo el símbolo presidencial más importante.
Su historia empezó cuando la Asamblea de 1826 -como una de sus primeras resoluciones- encargó la pieza para homenajear al Libertador. "Era un reconocimiento a su aceptación de la independencia de Bolivia", relata el presidente Mesa en el Despacho Presidencial, flanqueado a su derecha por un estandarte de impecable bordado.
El encargo lo hizo el entonces prefecto de La Paz, el Mariscal Andrés de Santa Cruz. Un orfebre, del que no se conoce el nombre, la trabajó en oro, brillantes y cuarzo, con un valor de 8.002 pesos.


Y le fue entregada al Libertador un año después de que dejara el país. "Bolívar la recibió con agradecimiento a través de una carta y antes de morir decidió legarla a Bolivia en agradecimiento a la patria; de modo que el albacea que la tenía en Jamaica la devolvió".
Pero luego el Congreso Nacional decidió otorgársela al presidente Andrés de Santa Cruz en carácter vitalicio, como reconocimiento a sus méritos.
Cuando Santa Cruz fue derrocado en 1839, un contingente de soldados le arrebató la joya a su esposa, doña Francisca Cernadas, para ser convertida en símbolo presidencial. Así lo decidió el presidente José Miguel de Velasco mediante un decreto que data del 28 de octubre de ese año.
Son 60 los presidentes que portaron la joya, protagonista de más de un incidente. Por ejemplo, el presidente Mariano Melgarejo la habría hurtado durante su Gobierno y la recuperación la logró Agustín Morales en 1872.
Y del conjunto de presidentes hay algunos que no la han usado. Por supuesto no la llevó Sucre porque no era símbolo presidencial durante su mandato, ni José María Pérez. Tampoco Urdininea, Pedro Blanco ni Sebastián Agreda, que fueron mandatarios antes de que la medalla se considerara joya presidencial. José María Linares, por ejemplo, no pudo portarla porque el general Córdova -que fue derrocado por él- se negó a entregársela bajo el argumento de que la pieza no era digna de un presidente de facto.
Tampoco la usó Néstor Guillén, que fue presidente por muy breve tiempo. Ni don Tomás Monje, que gobernó después de la caída de Villarroel y consideró que sólo los presidentes constitucionales debían llevarla. Don Alberto Natusch no tuvo tiempo de usarla y Celso Torrelio no la llevó, tildándola de q'encha.

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